Los lipomas son protuberancias suaves y móviles que se desarrollan bajo la piel debido al crecimiento de tejido graso. Aunque pueden generar preocupación en quienes los detectan, en la mayoría de los casos son inofensivos y no requieren tratamiento. A continuación, explicamos qué son, sus causas, síntomas y cuándo es recomendable consultar a un médico.
Un lipoma es un tumor benigno compuesto por células de grasa. Se forma en el tejido subcutáneo, es decir, justo debajo de la piel. Suelen ser redondos o ovalados, de consistencia blanda y movibles al tacto. Generalmente, los lipomas crecen de manera lenta y miden entre 2 y 5 centímetros de diámetro, aunque en algunos casos pueden ser más grandes.
No se conoce una causa exacta para la formación de lipomas, pero se cree que pueden estar relacionados con factores genéticos. También pueden presentarse con mayor frecuencia en personas entre los 40 y 60 años. Algunos factores que pueden aumentar el riesgo incluyen:
Los lipomas suelen ser asintomáticos, es decir, no causan dolor ni molestias. Sin embargo, en algunos casos pueden generar incomodidad si crecen cerca de nervios o si se encuentran en zonas de presión constante. Las características principales de un lipoma incluyen:
El diagnóstico de un lipoma generalmente se realiza mediante exploración física. En algunos casos, el médico puede solicitar estudios de imagen como una ecografía o una resonancia magnética para descartar otras lesiones más graves.
En la mayoría de los casos, los lipomas no requieren tratamiento. Sin embargo, si causan molestias o problemas estéticos, pueden ser eliminados mediante:
Los lipomas son crecimientos benignos de tejido graso que, en la mayoría de los casos, no representan un riesgo para la salud. Sin embargo, es importante estar atentos a cambios en su tamaño o apariencia y consultar a un especialista si se presentan molestias. Ante cualquier duda, acudir al médico es la mejor forma de obtener un diagnóstico preciso y tranquilidad sobre este tipo de lesiones.