Los cálculos biliares son depósitos duros de fluido digestivo que se pueden formar en la vesícula biliar. La vesícula es un órgano pequeño, con forma de pera, ubicado en la zona derecha del abdomen, justo debajo del hígado. La vesícula biliar contiene fluido digestivo llamado bilis, que se libera al intestino delgado. Los cálculos biliares tienen tamaños que oscilan entre pequeños, denominado barro biliar, hasta grandes, como pelotas de golf. Algunas personas desarrollan sólamente un cálculo biliar, mientras otras desarrollan muchos cálculos biliares al mismo tiempo.
Quienes tienen síntomas con los cálculos biliares, por lo general, requieren que le extirpen la vesícula biliar mediante cirugía. Los cálculos biliares que no causan signos ni síntomas, por lo general, no necesitan tratamiento.
Los cálculos se forman cuando hay un desequilibrio en la composición de la bilis. Esto puede ocurrir debido a:
✅ Exceso de colesterol en la bilis.
✅ Alta concentración de bilirrubina.
✅ Problemas en el vaciamiento de la vesícula biliar.
En caso de que un cálculo biliar se aloje en un conducto y provoque un bloqueo, los signos y síntomas resultantes pueden incluir los siguientes:
El dolor provocado por los cálculos biliares puede durar entre algunos minutos y varias horas.
Los exámenes y procedimientos utilizados para diagnosticar los cálculos biliares y sus complicaciones son los siguientes:
Las complicaciones de los cálculos biliares pueden incluir:
Busca atención inmediata si manifiestas signos o síntomas de complicaciones graves por cálculos biliares.
La mayoría de las personas con cálculos biliares que no causan síntomas nunca necesitarán tratamiento. Determinaremos si el tratamiento para los cálculos biliares es recomendable basándose en tus síntomas y en los resultados de las pruebas de diagnóstico.
No necesitas la vesícula biliar para vivir, y su extracción no afecta tu capacidad de digerir alimentos, pero puede provocar diarrea, que generalmente es temporal.